ACERCA DE LlFFEN

ifén es un pequeño puerto que se encuentra en las orillas del Lago Ranco (que es el tercer lago en extensión de Chile, después del lago Llanquihue. En sus riveras habitan cerca de 30 comunidades indígenas), en la Región de los Lagos, al sur de Chile. Son muy famosas las «Termas de Llifén», donde uno se puede hacer tratamientos terapéuticos para diferentes dolencias, y salir de allí muy relajado. Está aproximadamente a 20 kilómetros del poblado de Futrono. El spa Termas de Llifén tiene una excelente infraestructura para que puedas pasar varias horas de absoluta relajación. Se encuentra muy cerca del lago Ranco, inmerso en un paisaje muy cordillerano.

Sus aguas son ricas en azufre, potasio, calcio y otros minerales que son especialmente buenos para tratar algunos afecciones cardiovasculares, reumáticas y de la piel. Cuenta con tres hidromasajes y una piscina. Tiene también un restaurante donde uno puede comer ligero y fresco, ideal para completar el estado de relax. Dicen que aquí se bañó Pablo Neruda antes de salir de Chile rumbo a su exilio en Europa en 1949.
Debido a su belleza escénica, es que se presentan diversas actividades que permiten estar en directo contacto con la naturaleza y el entorno, siendo el principal centro de pesca deportiva en el sector, ya sea al interior del lago o en los ríos cercanos de Caunahue y Calcurrupe. Cabalgatas, excursiones en tierra, paseos en bote o en carreta, son una de las tantas actividades que se pueden realizar en esta localidad
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HISTORIA DEL CERRO HUEQUECURA

Esta impresionante muralla natural fue descrita por primera vez en los hechos ocurridos hacia el año 1580 (siglo XVI), en los documentos del militar y cronista español Pedro Mariño de Lovera en su Crónica del Reino de Chile, donde describe el alzamiento indígena ocurrido en la época, en plena conquista española.

¿Por qué los Mapuche-Huilliches del Ranco se levantaron en armas? La respuesta es simple; los españoles ávidos de tierras y riqueza no dieron a la mayoría de los nativos de esta tierra un trato mejor que el de esclavos, obligándolos a servirles, a adoptar su religión y a explotar los yacimientos de oro.

Ante la amenaza de la guerra, desde la muy joven ciudad de Valdivia (fundada en 1552) salió el corregidor Pedro de Aranda a la zona del Ranco “donde estaban más de 4.000 indios de guerra”.

El relato sostiene que los españoles llegaron rápidamente a la zona, y los aborígenes al verse sorprendidos sin estar lo suficientemente preparados aún para la batalla “se fueron a gran priesa a lo alto de un cerro asperísimo, que tiene por una parte la gran laguna de Ranco, y por otra un caudaloso río, y por la subida una piedra tajada por donde no podían subir hombres sino yendo uno a uno. Era un lugar inexpugnable, y tan lleno de piedras que con tres hombres que las arrojaran impidieran la subida a un gran ejército”.

Si bien el historiador no señala el nombre del cerro, la descripción concuerda perfectamente con el Huequecura; áspero cerro cuya subida es por la piedra cortada casi verticalmente, y menciona un “caudaloso río” del que tampoco se da nombre pero que pudiera ser el Caunahue o el Calcurrupe.

Finalmente, la estrategia de los mapuche de defenderse desde el cerro da resultado y los españoles desisten de atacarlos, pero para dirigirse a arremeter a “otro gran escuadrón de dos mil indios que estaban encastillados junto a un rio por donde les entraba el mantenimiento, del valle de Maque que está de la otra banda.”

Con este nuevo dato ya no queda duda que estos hechos ocurrieron a los pies del cerro Huequecura, ya que hay consenso que el lugar que Mariño de Lovera denomina “Maque” se refiere a la zona del lago Maihue, cuyo desagüe dista a 10 kilómetros de Llifén, desde donde los guerreros mapuche estaban recibiendo apoyo y pertrechos a través de un río, el que sin duda es el Calcurrupe.

Culmina el relato afirmando que los españoles salieron victoriosos, logrando apagar la rebelión, al menos por un tiempo.

Hasta aquí esta reseña del Huequecura, demostrando que es más que un peñón rocoso en el paisaje privilegiado de Futrono, es un testigo de nuestro pasado.